José Francisco Román Gutiérrez, director del Centro INAH Zacatecas, reconoció que las vibraciones de los conciertos en Plaza de Armas, sí aceleran el deterioro de los monumentos históricos.
Dijo que se debe tener conciencia en las medidas de seguridad para evitar desprendimiento en la Catedral Basílica, y prohibir que las personas se recarguen en este lugar durante los eventos masivos.
“La Catedral es una de las más hermosas de Iberoamérica y tenemos que cuidarla” dijo, se concluyó en 1756 por lo que, con el transcurso del tiempo, opera sobre la resistencia de los materiales.
Los daños que actualmente presenta este templo están en la estructura de la cantera, producto de afectaciones por erosión eólica, y las heces de las palomas que combinado con el agua de lluvia, provocaron un elemento corrosivo que reblandece la piedra.
Por ahora, se trabaja con el Gobierno del Estado y el ayuntamiento de Zacatecas para avanzar en el tema de asegurar los monumentos, sobre todo, en el próximo Festival Cultural a realizarse del 1 al 15 de abril.
Sobre la posibilidad de cambiar los conciertos programados en Plaza de Armas, para evitar las vibraciones que dañan Catedral, dijo que no se ha considerado el tema, lo que sí es necesario, es crear un sistema integral de gestión del centro histórico de Zacatecas, para asegurar el acceso, la temporalidad y la frecuencia con la que se llevan a cabo este tipo de actividades, asimismo, analizar la escala de personas que pueden estar presentes y la segmentación del público para evitar una sobre explotación de los espacios, ”para que esa plaza y la Catedral nos duren 200 años más”, dijo.
Protección y conservación en templos
Sobre si hay suficientes recursos para atender las necesidades de mantenimiento y reparación de templos en el centro histórico, José Francisco Román Gutiérrez, director del Centro INAH Zacatecas, informó que, “en las limitaciones del presupuesto federal, tenemos recursos para protección, atención a denuncias y proyectos específicos”.
Señaló que hay capacidad humana para atender los momentos en la parte que está inscrita como Patrimonio Mundial. Detalló que se cuenta con siete arquitectos de tiempo completo atendiendo trámites jurídicos, evaluación y catálogos.
Así como dos restauradores de primer nivel que conocen el manejo de pinturas, solventes, texturas y materiales para restaurar, además de un historiador que trabaja en el inventario con las necesidades de los monumentos.
“Estamos impulsando un laboratorio de restauración para el norte de México” dijo, además de que se cuenta con el apoyo de la Escuela de Conservación y Restauración Refugio Reyes y de las Unidades Académicas.
Asimismo, comentó que se continuará trabajando en la protección y conservación a largo plazo, para que los monumentos del centro histórico sigan siendo parte del patrimonio cultural de la humanidad.