Opinión de Osvaldo Avila
El pasado domingo 17 de abril, con 277 votos en pro y 222 en contra fue rechazado el dictamen aprobado en comisiones de la Cámara de Diputados, documento que contenía diversas modificaciones constitucionales que tienen que ver con la producción de la energía eléctrica, la paraestatal que la produce y el aprovechamiento de los recursos naturales, esto al no alcanzar mayoría calificada (las dos terceras partes de los legisladores presentes).
Desde el debate previo en los medios de comunicación, en la posterior discusión en comisiones de la llamada “Ley Bartlett” y ya en el pleno legislativo, se desplegó una vorágine de argumentos de ambos bandos tratando de respaldar las partes a la ley en cuestión, pero lamentablemente imperaba el histrionismo, los epítetos, los insultos y frases como “traidores a la patria”, “mentirosos”, “hipócritas” por un lado y del otro “sumisos”, “incondicionales”, “agachones”, “enemigos de la naturaleza”; en casi 12 horas de discusión privaron los calificativos más que las razones.
El resultado de la votación ya ha sido mencionado líneas atrás y al parecer se mantuvieron sólidos los bloques legislativos, pues a pesar de muchos rumores sobre la compra o amenazas a Diputados por el lado de MORENA y aliados, sólo pudieron sumar al congresista Carlos Miguel Aysa; y del lado contrario el PVEM expulsó a la Diputada Alexis Gamiño quien votó en contra del dictamen a diferencia de toda su bancada que lo hizo en pro; e igualmente del mismo partido el Diputado Andrés Pintos Caballero quién días antes dejó la camisa verde y se integró a la bancada de Movimiento Ciudadano, es decir, no hubo alguna modificación significativa.
Como era de esperarse, a la descalificación entre pares se sumó la condena del Presidente Andrés Manuel López Obrador, quien insistió en la “traición “ de los legisladores y anunció como respuesta de “blindaje” de los recursos naturales el envío de una iniciativa llamada “ley minera”, en donde contenía, entre otras reformas el derecho de los mexicanos para usufructuar el litio y declararlo un recurso natural propiedad de la nación.
De inmediato, sin respeto al procedimiento legislativo, sin discusión en comisiones, con la dispensa de los respectivos trámites y en una actitud francamente servil con el titular del ejecutivo, la bancada oficial y aliados discutieron “ipso facto” la mencionada “patriótica ley”; y con 275 votos a favor, 187 abstenciones y 24 votos a favor aprobaron en la Cámara de Diputados la iniciativa recibida 17 horas antes y fue enviada al Senado, que diligentemente aprobó con 76 votos a favor y se registraron 45 en contra (al no requerir legalmente mayoría calificada), de inmediato se envió para la publicación por parte del Presidente de la República, vaya, vaya, ¡cuánta eficiencia parlamentaria!
Durante toda la semana arreciaron las descalificaciones, en la discusión en el Senado se hizo necesario incluso que la legisladora Citlalli Hernández se reintegrara a la bancada, para repetir una y otra vez que estábamos ante un acto de traición a la patria y aunque recibió puntual respuesta de Beatriz Paredes y Lily Tellez de la bancada tricolor y albiazul; la tónica fue la misma, quienes piensan distinto y lo manifiestan a través de su voto son enemigos de la nación, espetaron hasta el cansancio los morenistas.
Y para darle vuelta a la tuerca, Mario Delgado, Dirigente Nacional de MORENA e Ignacio Mier, Coordinador de los Diputados Federales de ese partido iniciaron una cruzada nacional para exhibir a quienes votaron contra la iniciativa presidencial: “Nuestra madre es la patria, ellos no tienen madre porque son traidores a la patria. Y miren, de preferencia no vayan, pero si van a visitar las casas de campaña de estos traidores, llévenles banderitas, no rayen para que recuerden que hay mucho pueblo y la historia no perdona” (El UNIVERSAL 24 DE ABRIL). E incluso en el exceso de la violencia declaró el Diputado que debían de fusilarlos “pacíficamente”.
Así ha seguido durante días el linchamiento mediático, ¿qué busca esta estrategia?, ¿qué ganan los líderes del partido guinda con hacer escarnio de sus opositores?, ¿ignoran el nivel de violencia existente en el país?, ¿acaso debemos promover una campaña similar para exhibir a los responsables de la ineficaz estrategia que ha costado más de 130 mil muertes violentas?, ¿convendría linchar a el Dr. Hugo López Gatell que ha fallado en la estrategia ante la pandemia?
Con el país cayéndose a pedazos esta mañana volvió también con los ataques sin fundamento contra la organización antorchista. Creo sinceramente que la campaña de acusaciones constituyen un exceso, y que todas esas energías y recursos debieran emplearse para mejorar la estrategia de inseguridad, para atenuar la crisis económica, para dotar de medicamentos a los hospitales públicos, e incluso la propia oposición que hoy es satanizada debería ocupar sus esfuerzos en plantear alternativas de solución a los males de la patria y ofrecerlos a la ciudadanía para no caer en las provocaciones oficialistas, que apuestan a aquello de “divide y vencerás”.
Los ciudadanos bien intencionados no podemos seguir la ruta entre los buenos o malos mexicanos, entre los traidores y los leales a la patria, sino que debemos exigir que López Obrador pare esa polarización, pues como bola de nieve los males crecen y como siempre será el pueblo quién pague las consecuencias. Hay que hacerlo pronto, mañana será demasiado tarde.