Opinión de Gabriela García
Con el pretexto de que en el programa Escuelas de Tiempo Completo había corrupción, el pasado 28 de febrero, Delfina Gómez, Secretaria de Educación (SEP) publicó el acuerdo por el que se elimina este esquema y la cuatroté asestó un golpe a la educación quitando recursos económicos a unas 27,000 escuelas que beneficiaban a 3.6 millones de niñas, niños y adolescentes no solo con aprendizaje, sino también con alimentación.
Esto no es de extrañar porque así actúa el gobierno morenista del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), -que no investiga y castiga a los responsables de la presunta corrupción- para luego hacer los ajustes necesarios para corregir los vicios de las instituciones, sino que aplica lo más fácil: desaparecer programas e instituciones, sin ofrecer algo mejor a sus beneficiarios.
Ante el daño provocado algunos gobiernos locales se pronunciaron a favor de darle continuidad con recursos propios contradiciendo en absoluto al mandatario federal de la 4t que la desechó tras el recorte presupuestal.
Fueron gobiernos de 12 entidades quienes se pronunciaron a favor del programa, incluso algunos de extracción morenista como el de la Ciudad de México, además lo hicieron: Estado de México, Puebla, San Luis Potosí, Querétaro, Yucatán, Chihuahua, Nuevo León, Guanajuato, Colima, Baja California y Michoacán.
Tras la decisión, los padres de familia, alumnos y maestros alzaron la voz; la asociación Mexicanos Primero recurrió al terreno de lo jurídico presentando un amparo por la acción que hizo la SEP al “violar el principio de progresividad del derecho a la educación y alimentación de millones de niños, niñas y adolescentes, al emitir las Reglas de Operación para LEEN sin los Componentes 2 (ampliación de la jornada escolar) y 3 (servicio de alimentación).
Y el resultado del proceso legal tuvo el fallo a favor de los afectados y la Jueza Séptima de Distrito en Materia Administrativa de la CDMX anunció hace unas semanas, en el que pide a la SEP la no suspensión de la jornada ampliada y el servicio de salud, puntos centrales de la escuela de tiempo completo.
Este logro también se debió a la denuncia que han sostenido los jóvenes adheridos a la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios “Rafael Ramírez”, (FNERRR) a nivel nacional quienes de forma valiente salieron las calles a denunciar la política de recortes sin fundamento a cargo de la secretaría.
Pero la cosa no ha quedado allí, Morena sigue ahora con la ideologización de los estudiantes pues a través de la SEP modificarán los libros de texto y los planes de estudio a conveniencia de morena para adoctrinar a los estudiantes y maestros. Recordemos que Delfina Gómez anunció la modificación de los planes de estudio “porque los nuevos tiempos exigen nuevos contenidos” y la modificación se hará con base en asambleas, “donde tendrán la participación de padres de familias, administradores, investigadores y docentes”, pretendiendo con esto esconder las verdaderas intenciones en busca de la perpetuación en el poder por parte de la 4t y su ideología.
El director general de Materiales Didácticos de la SEP, Marx Arriaga dio a conocer el nuevo modelo que tiene como prioridad “alinear sus objetivos a los propósitos de la cuarta transformación, el cual será libertario, humanista, que termine con el racismo de las pruebas estandarizadas que segregan a la sociedad”.
El funcionario fue claro: “los contenidos actuales refuerzan al viejo régimen con un modelo de educación neoliberal de meritocracia, elitista, patriarcal y racista”, por lo que propuso la eliminación de los grados escolares, el cual serán sustituidos por “fases”. Sin embargo, se acabará con las pruebas internacionales que ayudan a medir el aprendizaje básico del país, sin que haya claridad sobre estos tópicos.
Estas son las tareas que desarrolla la SEP, por un lado ha dejado sin opciones a estudiantes que provienen de hogares en pobreza sin que se les dé ninguna opción, sobre todo tratándose de zonas rurales empobrecidas, así como en las grandes urbes donde también la pobreza ahorca a los más necesitados; y por otro lado se impartirán contenidos que no están sustentados en los estándares internacionales por una visión de adoctrinamiento político conveniente al gobierno en turno.